"La monstruosa alianza entre Elon Musk, CEO de Tesla, y Donald Trump parece haber desatado la antipatía de muchos europeos. Los aranceles a las importaciones, el apoyo a partidos europeos de extrema derecha, el saludo hitleriano y el odio manifiesto hacia la UE no han mejorado la reputación del hombre más rico del planeta. En parte como consecuencia de ello, las ventas de Tesla en Europa (también llamados swasticars) cayeron un 43% en los dos primeros meses del año (en comparación con el mismo periodo del año anterior), mientras que las ventas de coches eléctricos en Europa aumentaron un 31%.

Parte de la ciudadanía europea  que ya tenía un Tesla se siente cada vez más incómoda. En el Reino Unido, las ventas de segunda mano de coches Tesla han alcanzado un récord sin precedentesmientras que, en los Países Bajos, el 40% de las personas que conducen estos vehículosse sienten "un poco avergonzadas" y el 31% quiere vender su Tesla. El movimiento de protesta “Tesla Takedown”, iniciado en EE.UU., también está organizando protestas en los concesionarios Tesla en Europa. Además, y sin que ello sirva para legitimarlo, los vehículos Tesla son cada vez más objeto de actos vandálicos.

Los Tech-Giants son muy sensibles a su daño reputacional

No debemos subestimar el impacto de este movimiento mundial contra Tesla. El daño que está sufriendo su reputación ha hecho que el precio de sus acciones haya caído en más de un 45% desde finales del año pasado. Esto podría generar problemas a Musk, entre otras razones, porque utiliza los títulos de Tesla como garantíapara otros préstamos. Si sus acciones pierden aún más valor, los bancos podrían exigirle que vendiera una parte de ellas. Esto haría que el precio de estos títulos cayera aún más, lo que cual comprometería su capacidad para obtener nueva financiación. Por tanto, la caída de la cotización de Tesla podría llevar a Musk a una espiral negativa.

Joeri de Wilde

El hecho de que Trump se sintiera obligado a comprar públicamente un Tesla a Musk en la entrada de la Casa Blanca y que Musk haya instado recientemente a sus empleados a no vender sus acciones en la compañía pone de manifiesto lo importante que es para Musk la cotización de Tesla. Es posible que Trump y los miembros de su Administración hayan aceptado la caída temporal de las bolsas estadounidenses porque se encuentran en pleno "periodo de transición", pero la cuestión es cuánto tiempo podrán soportar Musk y los demás multimillonarios tecnológicos esta situación.

Se trata sin duda de una buena noticia para Europa, ahora que el Gobierno estadounidense y los gigantes tecnológicos están presionando a nuestro Estado democrático de derecho. Demuestra que la ciudadnía europea puede plantar cara a estos oligarcas mediante el comportamiento de sus consumidores y el activismo.

Sostenibilidad, sí, pero no a cualquier precio

Además, el sentimiento anti-Tesla es una advertencia a los líderes europeos en sus intentos por hacer nuestra economía más competitiva y sostenible: no imiten el modelo estadounidense. Eviten a toda costa que el poder acabe en manos de un puñado de grandes empresas privadas (tecnológicas), que permiten que figuras no elegidas democráticamente como Elon Musk tengan el control de facto. Y presten mucha atención a quién se beneficia de esta transición hacia la sostenibilidad, es decir, nada de subvenciones a vehículos eléctricos sobrevalorados, sobredimensionados y con sobrepeso, como los Tesla. Empiecen poco a poco y apoyen a los ciudadanos que tienen menos recursos.

Si trabajamos con cuidado y con respeto al Estado de derecho, conseguiremos diferenciarnos de los líderes autoritarios que cada vez acumulan más poder en más países. El mes pasado ya experimentamos en primera persona lo que sucede cuando defendemos los valores democráticos: las bolsas europeas registraron la mayor afluenciade dinero extranjero en una década.

Por tanto, el bochorno de Tesla en Europa no es en absoluto gratuito. Lanza claramente el mensaje de que, en Europa, seguiremos luchando por mantener un Estado constitucional democrático y que, en caso necesario, podemos hacer daño a quienes atacan nuestros valores".

Esta columna se publicó originalmente en neerlandés en Financial Investigator.