Para saberlo de primera mano, hablo con la gente de El Cantero de Letur, una empresa familiar albaceteña que, con financiación de Triodos Bank, produce lácteos ecológicos desde hace nada más y nada menos que 30 años.

Para que un yogur, queso o kéfir se etiquete como ecológico tiene que proceder de la leche de animales que viven con estándares de bienestar más elevados que los convencionales, en espacios amplios, sin aplicación de antibióticos preventivos y que consuman alimentación ecológica.

Consciencia de inicio a fin

Al bienestar animal, clave en la producción de este tipo de productos, se suma el hecho de que los lácteos ecológicos no llevan aditivos químicos, comunes en la industria convencional.

Como me explica Pablo Cuervo, director de El Cantero de Letur, “el producto ecológico no nace en la industria, sino que empieza mucho antes”. Por ejemplo, los alimentos que se dan a los animales son 100 % ecológicos, cultivados sin plaguicidas ni abonos químicos para no perjudicar la biodiversidad y a los suelos.

En el cuidado del ganado se utilizan “espacios mucho más amplios, donde se les ofrece una vida tranquila y apacible, libre de situaciones estresantes y con garantía de buen trato”.

Pastoreo en la naturaleza (imagen de El Cantero de Letur)

¿También existen ventajas directas para las personas consumidoras, además de evitar antibióticos innecesarios? “Que las vacas de ganadería ecológica se alimenten sobre todo a base de pasto en lugar de pienso aporta ventajas en los nutrientes de la leche que producen. La diferencia está en la calidad de la grasa que contiene la leche ecológica, con mayores concentraciones de ácidos grasos saludables, entre los que destacan los omega-3 y omega-6”, sostiene la nutricionista Júlia Farré.

Más dignidad para la vida rural

Hace ya tres décadas, Francisco, el padre de Pablo Cuervo, impulsó en Letur una iniciativa que, además de lo que ya hemos visto, también mejora su entorno social más inmediato.

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A los ganaderos que producen leche se les pagan precios estables, sin las fluctuaciones del mercado, nos explica Pablo. Y “el 75 % de la leche se produce a menos de 35 kilómetros de la fábrica”. Esta empresa apoya la vida y el desarrollo rural a través de la generación de 75 puestos de trabajo en el pueblo (90 en la comarca) en condiciones de respeto e igualdad.

El crecimiento de la consciencia ciudadana respecto a los productos ecológicos también es una clave de su éxito, que les ha permitido más que doblar la plantilla directa (de 25 a 58 personas desde 2015) gracias al aumento de las ventas.

Este cambio de mentalidad también se manifiesta en el hecho de que Triodos Bank -cuyos clientes y clientas saben que su dinero, cuando hablamos de alimentación, solo financia iniciativas ecológicas con estándares exigentes en bienestar animal- forme parte del proyecto a través de la financiación. Todo un círculo virtuoso de personas con valores.

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