Un bebé crece 8 tallas de ropa antes de su segundo cumpleaños. Esto significa que, de media, los padres tienen que comprar casi 300 prendas en unos pocos años”. La iniciativa danesa Vigga y su fundador Peter Svensson describen así el problema de la ropa de bebé: “Es cara y una enorme pérdida de recursos”.

Para cambiar esta tendencia con un modelo de economía circular, en Vigga la ropa no se compra, sino que se alquila. Y cuando el niño ha crecido y la ropa es demasiado pequeña, se devuelve y es reemplazada por otra de una talla mayor.  Las prendas que se han devuelto pasan por la tintorería y por un estricto control de calidad para poder ser usadas por otro bebé (cada prenda sirve a entre 5 y 7 niños).

Su modelo ha logrado ahorrar un 90% de consumo de agua, un 72% de algodón y un 53% de emisiones de CO2. Y toda la ropa se confecciona con fibras ecológicas y recicladas y sin productos químicos nocivos.

Moda por y para personas, no “solo” por el medio ambiente

Hoy, en la línea de esta iniciativa rompedora hay otras que también reducen el impacto ambiental y cuidan más de las personas. La empresa española Hilaturas Ferre, con financiación de Triodos Bank, es pionera en la creación de tejido a partir de fibras recicladas. Reutiliza algodón de prendas desechadas y lo separa por colores para fabricar el hilo, evitando así los productos químicos para tintado. La iniciativa trabaja con múltiples marcas textiles y, de este modo, contribuye a cambiar toda una industria.

Un buen ejemplo es también la marca holandesa Van Hulley, a la que podemos enviar una camisa usada y recibir calzoncillos o pijamas y que, a la vez, crea una oportunidad de integración sociolaboral a personas en riesgo de exclusión.

O la firma Back To Eco, que financiamos desde Triodos Bank, como entidad financiera especialmente activa en el apoyo a la moda sostenible, dentro de nuestro modelo de banca ética. En esta iniciativa catalana, además de convertir vaqueros usados en originales complementos, también generan empleo para personas en situación de exclusión social.

La Fundació Deixalles, también financiada por Triodos Bank, une la integración sociolaboral con el fomento de la economía circular. Y es que más del 80% de su plantilla pertenece a colectivos en riesgo de exclusión social y trabaja en la mejora del tratamiento de residuos en Baleares. Recogen ropa, papel, o incluso colchones, y les dan una segunda vida completando el círculo de las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar).

Pero conseguir completar el círculo pasa por concienciar sobre su necesidad. En eso trabaja la firma Sinvivir, junto con otras iniciativas de moda sostenible, a través del proyecto The Circular Project, “marcas unidas por las ganas de transformar la industria hacia un modelo sostenible y más respetuoso con las personas y su entorno”.