Viajando solo o en familia, una iniciativa permite contactar con 20.000 granjas ecológicas en países de los 5 continentes, incluido España, y vivir en un ambiente diferente durante solo unos días o periodos más largos, contribuyendo a la labor local y conectando con la naturaleza. Ya lo han probado 100.000 personas de todas las edades.

Es lo que se conoce como el movimiento Wwoof (World Wide Opportunities on Organic Farms, oportunidades en todo el mundo en granjas ecológicas) que nació en el Reino Unido en 1971. De Australia a Girona, recogemos las impresiones de una familiaespañola que vivió en una granja australiana y las de unos viñedos ecológicos catalanes que han acogido a 120 personas en los últimos años.

“En general, los wwoofers son personas, desde jóvenes hasta casi ancianos, que muestran un interés por la vida en un entorno rural ecológico, o al menos por un estilo de vida más sostenible”. Quien así define los participantes de esta asociación global es Chemi Peña, el coordinador de Wwoof en España.

“Los viajeros se interesan por alguna rama de la producción ecológica o por un modo de vida alternativo mientras que las granjas desean compartir sus conocimientos, enriquecerse humana y culturalmente y recibir una ayuda práctica en el desarrollo de su actividad”. El 70% de los voluntarios visita granjas Wwoof localizadas en países diferentes a los suyos de origen, con lo que el intercambio cultural parece garantizado. Aunque la organización también trabaja para fomentar el wwoofing local, tratando de reducir los desplazamientos y ganar en sostenibilidad.

Cómo ser wwoofer y cómo hospedarlos

¿Cuáles son los requisitos? Para los viajeros, el principal y casi único es estar dispuesto a echar una mano en labores del campo a cambio de la manutención y la experiencia. También resulta recomendable acudir con mentalidad de integración, de querer sentirse a gusto en un lugar en el que van a compartir tiempo y la vida en general con otras personas y, a menudo, con familias.

Por el lado de las granjas, además de hacer lo posible para que su huésped se sienta como en casa, se impone una característica obligatoria: que su producción sea ecológica. “No pedimos certificaciones oficiales, es suficiente con que apliquen técnicas ecológicas”, aclara el coordinador de la asociación en España, que cuenta con observadores de excepción: “En el caso de que no lo hicieran, los wwoofers nos lo harían saber rápidamente”.

Wwoof pone en contacto a voluntarios con más de 20.000 granjas ecológicas en todo el mundo.

La rama española de esta asociación lleva en marcha desde hace una década y gestiona la llegada de personas de todo el planeta a más de 300 granjas en todo el territorio. Las hay de todo tipo y condición, y algunas de ellas incluso se han visto tan inspiradas que han puesto en marcha sus propias iniciativas para contribuir, en su país, a este movimiento. Anécdotas hay muchas, pero al responsable de la asociación en España le gusta destacar aquellos comentarios de estudiantes de Veterinaria o Ciencias Agrónomas que aseguran “haber aprendido más durante sus estancias que en toda la carrera”.

Australia de granja en granja

Txema Ventura, economista y fundador de Coaching Artesano, vivió dos experiencias como wwoofer con su familia en un viaje alrededor del mundo. “Decidimos romper inercias y salir al mundo a desaprender para aprender de nuevo y disfrutar”, afirma, tras explicar que se encontraban en un momento de sus vidas, con trabajo de oficina en Madrid, “que no nos generaba estímulo”.

En su paso por Australia, él, su pareja y su hijo de 4 años convivieron con dos familias en sendas granjas, una de producción ganadera y otra agrícola. “Teníamos ganas de ser más viajeros que turistas, es decir, de participar en la vida cotidiana de la gente de cada lugar. A mí, además, por mi trabajo me llamaba también la atención aprender sobre sostenibilidad. Por otro lado, viajábamos con nuestro hijo de 4 años y Wwoof nos permitió encontrar granjas donde hubiese niños y niñas de su edad”. Tres razones entre otras muchas para elegir esta forma de moverse por el mundo.

Para Ventura, el resultado de las dos vivencias no pudo ser mejor.“Maravilloso, una experiencia vital fantástica, solo puedo contar cosas buenas”, contesta con énfasis, y añade cómo desde el principio pudieron elegir las granjas más adecuadas, más allá de sus características. “Algunas granjas te enviaban un cuestionario centrado en tus capacidades productivas pero otras, debido a su extremo aislamiento, dejaban ver el interés de sus dueños por relacionarse con otras personas o que sus hijos conocieran otras culturas, por encima de ‘cuántas vacas eres capaz de marcar’. Estas últimas eran nuestro objetivo”.

Ya sea para aprender agroecología in situ, viajar por el mundo optimizando el bolsillo o practicar otro idioma, el hoy responsable de Coaching Artesano anima “a los lectores a plantearse y probar” este tipo de experiencias. En su blog Worldxmonterase pueden conocer más detalles sobre su viaje y las dos estancias en granjas de las antípodas.

Can Torres, larga experiencia en wwoofers

Can Torres es una bodega ecológica de Girona que trabaja con Triodos Bank. Durante años acogió a wwoofers sedientos de vivir el campo y de conocer a fondo el proceso de producción de caldos respetuosos con el medio ambiente.

Por las bodegas Can Torres han pasado aproximadamente 120 wwoofers en los últimos años.

“Conocimos este movimiento porque algunos amigos habían viajado así. Nos pareció una forma interesante de buscar ayuda y de tener personas diferentes en casa”, cuenta Barbara Magugliani, una de las responsables del proyecto, que guarda un grato recuerdo de “no todos, pero muchos” de los que pasaron por el lugar. “Nos encontramos con wwoofers deseosos de conocer, con cultura y educación y ganas de entrar en la vida de una familia para ayudar”, recuerda. Para Magugliani, la disposición, la curiosidad y la buena voluntad son cualidades indispensables para cualquier wwoofer que se precie.

Varios años recibiendo alrededor de 20 viajeros por ejercicio dan para muchas situaciones agradables y recuerdos que nunca se borran, entre otras cosas porque uno de ellos, por ejemplo, se puede ver en todas las botellas que salen de la bodega: “Una chica austriaca nos diseñó la primera etiqueta y hemos mantenido hasta hoy el sello que creó para nosotros”, rememora Magugliani.

También habla con cariño de un inglés que pasó con ellos una semana de vendimia, volvió un tiempo más tarde y se quedó tres años allí, o del argentino que año tras año repetía experiencia en la finca. “Hemos conocido gente increíble que buscaba ir por el mundo de una forma diferente, vivirlo desde el campo. Y nosotros les hemos dado una gran familia”.

Saber más

 

Participar en Wwoof

Desde la web de Wwoof puede elegir país y ver las granjas que colaboran con el programa. 

Triodos Bank y la agricultura ecológica

La agricultura y ganadería ecológicas son dos áreas principales de actividad de Triodos Bank desde el nacimiento del banco en 1980. Para la entidad, ambas representan una alternativa real a la producción de alimentos, respetuosa con el medio ambiente y el bienestar animal, así como una forma de alimentación sana. También los proyectos dedicados al ocio sostenible cuentan con peso en la cartera de clientes del banco. El objetivo: promover iniciativas que fomenten la diversidad cultural y el desarrollo de economías locales, tanto urbanas como rurales, así como el crecimiento personal en armonía con la naturaleza.

En 2015, Triodos Bankha financiado 36.500 hectáreas de superficie agrícola en toda Europa, es decir, un área similar al de un campo de fútbol por cada diez clientes, cada uno de los cuales produce 550 comidas al año

Puede encontrar más información en la sección de nuestros sectores o en el Informe Anual 2015 de Triodos Bank.