Durante los 36 primeros meses de vida, el engranaje del desarrollo afectivo se pone en marcha y es fundamental para conformar la personalidad de todo individuo. Más allá de la diversidad de métodos pedagógicos, educar en valores marca la diferencia.

El valor de la autonomía

Decidir qué tipo de educación es la más adecuada para los más pequeños no es tarea fácil, más aún en la etapa de 0 a 3 años cuando tienen tanto por desarrollar a nivel psicoemocional y físico. Cada vez más las familias apuestan por centros educativos que ponen el foco en una educación en valores, donde priman la libertad y la dignidad del ser humano y se potencia la creatividad.

Cada niño es único y lo tratamos como un ser autónomo, protagonista de su vida
Eva Martín, propietaria de la Escuela Infantil Reggio

En la educación de 0 a 3 años, trabajar la autonomía es clave para el desarrollo de la independencia y la responsabilidad. “Cada niño es único y lo tratamos como un ser autónomo, protagonista de su vida y que toma consciencia de sí mismo acompañado de un adulto que le ayuda a descubrir el mundo a su manera”, explica Eva Martín, propietaria de la Escuela Infantil Reggio, en Madrid.

Regio edit

Para fomentar la autonomía del niño y potenciar su confianza, es básico dotarle de espacio para que exprese su propio criterio participando en la toma de decisiones. Así lo hacen en la Escola Infantil A Caracola, en A Coruña, en cuyas instalaciones “confluyen una gran cantidad de propuestas con el fin de respetar al máximo las capacidades de los niños”, declara su directora, Beatriz Ferreira.

Aprender juntos

Un niño con buenos hábitos de autonomía tendrá más facilidad para socializar con los demás. En Lucus Baby lo trabajan, además de en el aula, “con ejercicios acuáticos para educar a niños seguros y sociables”, explica Rosa Hernández, directora de esta escuela en Lugo. Cuentan para ello con una piscina preparada para diferentes grupos de edad, donde “la natación sirve como espacio para conocer a otros niños, además de fomentar su creatividad y observación”.

Buscamos que los niños se desplacen por el aula a nivel intelectual, emotivo y social
Rosa Hernández, directora de Lucus Baby.
Lucus Baby

La familia es el entorno de socialización primaria y la escuela completa las capacidades más básicas añadiendo competencias concretas y abstractas en base a las que se construirán los conocimientos de base para el futuro.

Familias y educadores son pues las dos grandes referencias en la infancia y tienen que trabajar de forma coordinada y continua, tanto que al final “resulte en un aprendizaje para todos”, nos cuenta Cristina de Miguel, coordinadora pedagógica de Reggio, que organiza conciertos semanales y convoca reuniones periódicas “donde se vive y se comparte la escuela, pensando juntos”.

Hábitos saludables

Gozar de una buena salud va más allá de no contraer enfermedades. Los tres primeros años de vida son clave para construir un estilo de vida saludable que prevendrá en la adolescencia posibles malos hábitos. La alimentación, el baño y el descanso son pilares básicos en el día a día de esta primera etapa.

En nuestro espacio confluyen una gran cantidad de propuestas con el fin de respetar al máximo las capacidades de los niños
Beatriz Ferreira, directora de A Caracola

En Escola Infantil A Caracola, por ejemplo, cuentan con un comedor ecológico con productos de temporada de productores locales, y mediante el método Baby-Led Weaning el niño elige entre los alimentos que le ofrecen para comer, fomentando además su autonomía aplicando sus propios criterios individuales.

Algo tan básico como el cambio de pañal se convierte en un momento único. “Los cuidados se personalizan, son momentos privilegiados en la relación con el niño, para que comprenda lo que se le está haciendo y que les dan dignidad”, señala Eva Martín.