¿Tiene un animal de compañía? Aún si la respuesta es negativa, en algún momento los animales pueden ser compañeros importantes para cualquiera de nosotros.

Rumba Perro
Rumba, “perra de terapia” (Imagen: Espacio Ítaca)

Tanto si recibimos una terapia asistida con animales o si, sencillamente, participamos en actividades con animales que mejoran nuestra calidad de vida.

Qué es un coterapeuta canino

“Es un trabajador más, que forma parte del equipo”. Así definen desde el gabinete de psicología Espacio Ítaca, en Zaragoza, el papel de Bartolo, un juguetón yorkshire de cinco años, y el de Rumba, una cariñosa labradora de dos y medio. Dirigidos por la psicóloga Sandra Sánchez y sus colaboradores, estos animales forman parte de terapias de distinta índole, como las de atención de trastornos de ánimo y adicciones.

Señora con Bartolo
Bartolo acompaña una actividad con personas mayores

Cualquier animal no sirve para este trabajo. “Para que un perro pueda convertirse en un ‘terapeuta’ de cuatro patas, debe ser entrenado por un adiestrador profesional, conocer las reglas elementales de obediencia y, especialmente, debe estar acostumbrado a mantener la calma en todo tipo de situaciones”, explican desde este centro con financiación de Triodos Bank, que también ofrece, entre otros, un programa de estímulo de la atención, memoria, autoestima o la relajación para la tercera edad.

Igualmente, existen animales entrenados específicamente como perros guía de personas en estadios iniciales de alzhéimer o de demencia.

Hablamos, en este caso, de una de las tareas que desempeña Asociación Hydra, entidad de Getafe (Madrid) nacida de la colaboración entre una socióloga, un instructor canino, una psicóloga y una veterinaria. “Nuestra labor consiste en preparar perros especializados, tanto para realizar sesiones terapéuticas en residencias de mayores y colegios especiales para personas con discapacidad, como para cubrir las necesidades concretas de las personas que solicitan un animal de compañía en su domicilios”, explica la cofundadora Ana Julia Fuentes.

Son cada vez más entidades especializadas, como la Associació Provincial de Paràlisi Cerebral de Tarragona, las que incluyen la terapia asistida con animales en sus programas.

Antiestrés para todo

A caballo

Las actividades con otros animales, como los caballos, también son beneficiosas para colectivos como las personas con discapacidad intelectual. Lo han puesto en práctica, por ejemplo, desde Okondo (Álava) en el proyecto Avanzando junto al caballo, llevado a cabo por Escuelas de equitación Iponey junto al centro de día Gorabide.

Para el promotor del centro hípico, Carlos Ganzabal, los caballos son algo más que un entrenimiento. “A través de ellos se adquieren valores como la responsabilidad, el trabajo o el respeto dentro del ámbito del deporte activo en contacto con la naturaleza”. La escuela  entiende “el servicio de equitación como un antiestrés para todas las personas interesadas en el medio ambiente y amantes de la naturaleza y los animales”, proponiendo desde cursos a talleres de fin de semana, una opción de ocio diferente.

En Requijada (Segovia), Geneviève Tenthorey y Brian Mac Gowran también ofrecen una experiencia alternativa. A Outback Spain “la gente viene para aprender a relacionarse con los caballos. No organizamos rutas a caballo sino que paseamos al lado del caballo. Una vez construida la relación de respeto y confianza se puede aprender la monta natural”, explican.

Aprender con animales

El proyecto de huertos urbanos londinense Thrive, centrado en “ayudar a personas con discapacidad o enfermedades mentales a transformar sus vidas a través de la horticultura”, es la fuente de inspiración de la Granja Escola Terapèutica L’Auró, que busca mejorar la calidad de vida “a través del contacto con la naturaleza y el trabajo con animales y plantas” desde la localidad leridana de Llanera.

Esta y otras granjas escuela, como bien indica su nombre, son también un lugar donde divertirse y aprender para cualquiera. Desde la granja Gure Sustraiak en Ollo (Navarra) inciden en “sensibilizar sobre la importancia para nuestra salud y el medio ambiente de consumir alimentos provenientes de usos ganaderos respetuosos con el medio”. ¿Qué mejor que ver de cerca cómo viven los animales para tomar conciencia?

En un aspecto distinto, la presencia de animales también se ha demostrado como positiva para aprender. La educación asistida con animales “favorece el aprendizaje por medio de la motivación con el animal, reduciendo el rechazo que muchos estudiantes tienen al ambiente educativo”, explican desde Espacio Ítaca, donde trabajan en la materia.

Si tenemos en cuenta todo lo que nos aportan… ¿cómo no deberíamos tratar bien a los animales?