“Es imprescindible que incorporemos los impactos sociales y ecológicos de las decisiones económicas”. Nina González, coordinadora de FETS (Finançament Ètic i Solidari), explica la relevancia de las finanzas éticas y la banca ética para transformar la sociedad y describe su triple dimensión: comercialización, sensibilización e incidencia política. Además, ofrece la visión de su entidad en torno a la educación financiera, que es “promover una educación económica que sea más crítica y plural y que incorpore otras visiones de la economía que actualmente están ausentes en los institutos y las universidades”.

Después de la toma en consideración real de lo que supone el cambio climático, del aumento de las desigualdades sociales, de la crisis económica y como se está saliendo de ella, de los retos que se marca la sociedad para el futuro… ¿Qué papel desempeña hoy la banca ética en España?

Las finanzas éticas en España han crecido de forma espectacular en los últimos años. Nosotros elaboramos el Barómetro Estatal de las Finanzas Éticas, que muestra la evolución del sector en cuanto a volumen de préstamos, ahorro acumulado, número de personas socias y clientes de todas las entidades financieras éticas que existen en España, tanto bancarias como no bancarias. A pesar de este crecimiento, siguen siendo minoritarias, pero su valor es que demuestran que es posible poner a la economía al servicio de la transformación social y avanzar hacia un cambio de modelo que sea sistémico: está claro que el actual modelo de producción y consumo es insostenible y la crisis social y ecológica que vivimos lo demuestra.

Es imprescindible que incorporemos los impactos sociales y ecológicos de las decisiones económicas. Las finanzas éticas son una herramienta que hace posible la construcción de una economía que ponga en el centro el bienestar de las personas y el planeta. En la medida en que crezcan todas estas iniciativas económicas que incorporan todas las dimensiones, la social, la cultural y la medioambiental, crecerán las finanzas éticas y la banca ética, que a su vez hacen posible la proliferación de este tipo de economía.

Además, a mí me gusta hacer el paralelismo entre finanzas éticas y comercio justo porque yo creo que el papel que tienen que desempeñar las finanzas éticas, en su conjunto, es el de tener una triple dimensión: no solo hablar de comercialización sino también la sensibilización y la incidencia política. Esta triple dimensión se la
podemos copiar al comercio justo y aplicarla a las finanzas éticas.

Hay estudios que indican que los jóvenes cada vez están más comprometidos y toman decisiones de consumo responsable. ¿Ocurre en la misma medida en el ámbito financiero?

Yo creo que, efectivamente, los jóvenes son cada vez más conscientes de las consecuencias que tienen sus decisiones económicas y de consumo. Por ejemplo, cada vez hay más jóvenes que participan en iniciativas de consumo agroecológico, algunas que son individuales y otras que transcienden la dimensión individual y que llegan a la colectiva, como los grupos de consumo. Esto quizás ha ido más rápido que el paso a las finanzas éticas, pero yo creo que debemos recuperar la dimensión política y social del consumo también desde la perspectiva del consumo financiero, es decir, de nuestro dinero.

Creo que también son interesantes las alternativas que se están haciendo con los jóvenes y que conectan mucho al consumidor final con el proveedor. Eso se utilizaba también en el comercio justo con lemas como “Ponle cara” a la persona que ha cultivado tu café o cosido tu ropa…

Para las finanzas éticas, que las entiendo dentro del consumo responsable, hay que promover esta conexión: quién hay al otro lado del dinero que has depositado. En este caso, el paso también se está dando entre los jóvenes, quizás de manera tardía pues las condiciones que tienen en nuestro país les hacen difícil, por ejemplo, tener ahorros suficientes para poder depositarlos en una entidad financiera.

Ofrecéis recursos educativos para jóvenes. ¿Cuál es vuestra visión de la educación financiera?

Nosotros trabajamos con jóvenes, también con profesorado, impulsando las finanzas éticas en las aulas. Pero sobre todo entendemos que la educación financiera tiene un objetivo más amplio, que es el de promover una educación económica que sea más crítica y plural y que incorpore otras visiones de la economía que actualmente están ausentes en los institutos y las universidades como son la economía ecológica, la del bien común, la feminista, el buen vivir.

Son fundamentales para que realmente los jóvenes tengan herramientas para que en el futuro puedan decidir conscientemente sobre su dinero. Creemos que es muy importante trabajar mano a mano con el profesorado, que al fin y al cabo es el que tiene que dar herramientas a los jóvenes para ser más conscientes.

Por otro lado, en FETS somos muy críticos con la entrada de los bancos convencionales a las aulas con la excusa de la deficiente educación financiera de los jóvenes, y que en realidad persigue la meta de recuperar la confianza perdida en los bancos durante la crisis.

Diez años después del inicio de la crisis financiera deberíamos preguntarnos qué hemos aprendido y qué ha cambiado, si es que ha cambiado algo, en la enseñanza de la economía. Nos preocupa el hecho de que no haya una reflexión sobre el modelo educativo de la economía, que incorpore el papel que han desempeñado los bancos y los impactos que tiene el sector a nivel local y global, las consecuencias que han tenido las malas prácticas bancarias en el origen de la crisis… y en cambio se esté potenciando, muchas veces con apoyo público y a través de programas específicos, la entrada de los bancos convencionales en las aulas. Por eso participamos en plataformas, en Cataluña por ejemplo en la Plataforma por una Educación Económica más Crítica y Plural que hace esta labor más de denuncia en este sentido.

¿Existe el “lavado verde” en la banca?

Sí. Desgraciadamente, en un intento de la banca por recuperar esta confianza perdida y aprovechar una mayor conciencia ecológica de la ciudadanía, los bancos están adoptando cada vez más prácticas de “lavado verde”. Es la misma lógica que a veces utilizan con respecto a todo lo que es la acción social que implica básicamente dedicar un mínimo porcentaje a determinada acción o proyecto social o ambiental y en cambio dedicar muchísimos recursos que publicitar esa acción sin mejorar en absolutamente ningún aspecto toda su práctica empresarial o bancaria, a diferencia de la banca ética que integra los valores de la sostenibilidad social y ambiental en su propio ADN. Para transformar la sociedad necesitamos realmente un cambio sistémico, darle la vuelta al sistema financiero y ponerle al servicio del bien común. Y esto está muy alejado de las prácticas del “green washing”.

Además de financiar con ciertos criterios, banca ética también es informar con total transparencia. ¿Qué relevancia creéis que tiene la transparencia en un proyecto de finanzas éticas?

La transparencia es un pilar fundamental para todas las entidades financieras éticas, tanto las bancarias como las no bancarias, y consideramos que es una gran oportunidad y un elemento contrapuesto a la opacidad del sistema bancario convencional. De hecho, cuando damos charlas, muchas veces invitamos a las personas que acuden a que hagan el ejercicio de ir a preguntar a su entidad bancaria dónde está invirtiéndose su dinero. Sería muy sano que lo hiciera toda la ciudadanía y que vieran cuál es realmente la diferencia entre una entidad financiera ética y una que no lo es.

FETS

Organizáis multitud de charlas sobre banca ética y sus diferentes opciones, y en algunas de ellas hemos colaborado. ¿Qué dudas se plantean en ellas con mayor asiduidad? ¿Qué público asiste, gente que se interesa por este modelo de banca, personas que ya forman parte de él pero quieren saber más…?

La mayor parte de las personas que acuden a las charlas que organizamos suelen compartir ya los valores y tienen inquietudes que les acercan a la banca ética. Lo que pasa es que vemos que todavía existen muchos mitos respecto a las finanzas éticas, que intentamos desmontar en las propias charlas, artículos y vídeos que hacemos. Últimamente hemos publicado algunos sobre “desmontando los tópicos de la banca ética” y un vídeo también.

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Hace algunos años el tema era más las dificultades que existían, para la gente, para dar el paso hacia la banca ética, pero ahora lo que nos encontramos más es esta serie de tópicos. Y hay uno que es muy habitual y que nos gusta mucho que nos pregunten que tiene que ver con que si es segura la banca ética. Ahí podemos contestar que no solo es segura porque esté respaldada por el Banco de España sino que además la tasa de morosidad de las entidades de finanzas éticas es muy inferior a la de las convencionales. Es algo que sorprende muchísimo a la gente.

Nacisteis en 1999 y desde entonces lleváis a cabo acciones para promover la financiación ética y solidaria. ¿Qué es lo que más cuesta que interiorice el ciudadano sobre esta alternativa? ¿Qué habéis aprendido durante estos casi 20 años de vida?

Cuando se creó FETS en 1999 se hizo a partir de la iniciativa de diversas entidades del tercer sector, sindicales, fundaciones de cooperación para el desarrollo… y se hizo con el objetivo, entre otros, de crear una banca ética en España que en ese momento no existía. Afortunadamente el panorama hoy es muy diferente. Un aprendizaje ha sido el pasar de promover una idea a promover todo un abanico de entidades financieras éticas. Ese ha sido un gran aprendizaje. Otro ha sido darnos cuenta de la necesidad de vincularnos con otras alternativas que fomentan una economía al servicio de las personas y del planeta. Hemos ido incorporando estos aprendizajes durante estos 20 años y también nos hemos adaptado al contexto.

Y si echamos la vista adelante, ¿cuáles son los objetivos de vuestra entidad desde el punto en el que estamos?

Por un lado, si bien las finanzas éticas crecen, se desarrollan y son muy dinámicas, sigue siendo un sector minoritario. Sigue siendo necesario hacer campañas de sensibilización para la ciudadanía en general y los jóvenes en particular, acciones de comunicación, de participación en otras redes y plataformas que promocionan el consumo responsable y la economía social y solidaria. Las finanzas éticas tienen que estar al servicio de ese crecimiento y de la proliferación de iniciativas de economía social y solidaria. Una parte importante de esta sensibilización la hacemos de la mano de las propias entidades financieras, como Triodos Bank, que hacen posible que nosotros podamos difundir las finanzas éticas con estas campañas o con recursos como el vídeo o páginas webs que tenemos conjuntas como Banca Ética. Para nuestro barómetro también es fundamental la implicación de las entidades. Otro eje importante es seguir promocionando un modelo de educación económica más crítico y plural y también seguir desarrollando instrumentos como el sello ETSI, que certifica el cumplimento de criterios sociales y ambientales en el sector asegurador.

Una nueva línea que cada vez vemos más importante es incidir para que las administraciones públicas apoyen a las finanzas éticas y contribuyan a que crezca la economía social y solidaria. Creemos que es muy importante resituar las políticas financieras y ponerlas al servicio de la sociedad porque entendemos que la economía no es un fin en sí mismo sino una herramienta. Son muy positivas las experiencias de algunos ayuntamientos en España que están apostando por las finanzas éticas, pero aún así queda mucho camino por recorrer.

Un último eje sería continuar denunciando los impactos de las inversiones y prácticas de las entidades financieras convencionales como con la campaña Banca Armada, en la que participamos con otras organizaciones. Tres de cada cuatro armas no existiría si no fuera por la financiación de los bancos.

También hablando del futuro, ¿cómo os imagináis el sistema bancario en el medio y largo plazo?

A medio y largo plazo espero que la tendencia sea conseguir unos marcos regulatorios que favorezcan a las finanzas éticas y que de alguna manera limiten y regulen los impactos negativos a nivel social y ambiental y pongan en valor los impactos positivos que pueden tener las finanzas éticas sobre la sociedad. Sí que creo que hay una tendencia creciente de preocupación ciudadana y de prácticas que van en esta línea, y espero que sea la línea para el sector financiero.

También me gustaría que, después de diez años de crisis, nos demos cuenta de que hay que recuperar las políticas financieras al servicio de la sociedad, como he dicho antes.

¿Piensas que algunos de los valores de la banca ética han transcendido más allá del ámbito económico y la sociedad los ha asumido de forma general?

Los valores de la banca ética los entiendo muy vinculados al consumo responsable, en este caso de nuestro dinero. Por un lado van de la mano de otras alternativas que transcienden del ámbito económico. Siempre consideramos que las finanzas éticas tienen un objetivo claro que es el de la transformación social y en ese sentido los valores de la banca ética tienen que transcender el ámbito económico. Lo que pretendemos todas las entidades financieras éticas es que estas estén al servicio de la sociedad.

Llevas años trabajando para ofrecer alternativas sociales y económicas desde el activismo social. ¿Cómo fue tu acercamiento a la banca ética y el convencimiento de que este modelo, plasmado en España en varias entidades de diferente tipología, podía llevar a fomentar un cambio positivo en la sociedad?

Yo soy economista de formación y siempre consideré que era interesante conocer las alternativas económicas que fomentaban una transformación de la sociedad en positivo y que tuvieran en cuenta los impactos del modelo de consumo y de producción, tanto a nivel local como global. Por eso ya hace muchos años que me vinculé a la campaña Ropa Limpia, que coordina SETEM en España, y a partir de ahí me vinculé a otras alternativas coherentes con nuestros valores. Y de manera natural, esto me fue acercando a las finanzas éticas.

Nina González

Coordinadora de FETS-Finançament Ètic i Solidari

Economista de formación, Nina González ha trabajado desde el 2002 en el sector social. Uno de sus objetivos prioritarios ha sido cambiar los modelos de consumo y producción. Hasta 2006, Nina coordinó la Fiesta del Comercio Justo y a continuación, hasta 2011, el área de campañas de SETEM Catalunya, con la campaña Ropa Limpia como una de las principales acciones. Desde 2013 desarrolla su carrera en FETS, organización de la que actualemente es coordinadora.