En los tiempos de las grandes conquistas, la palabra empresa designaba la aventura en busca de fortuna en otras tierras. Hoy en día emprender sigue siendo una aventura llena de esfuerzo y compromiso, pero, ¿con qué recompensa?

Las empresas con valores aspiran a poner las capacidades personales al servicio de los demás, atender necesidades humanas y dar respuesta a los retos actuales, obteniendo un beneficio económico por su contribución.

Ya en el siglo XVII, el escritor clásico Sebastián de Covarrubias trató de definir el concepto de empresa, a partir del termino emprender, del latín apprehendere: “Determinarse a tratar algún negocio arduo y dificultoso”. De ahí que la palabra empresa guarde relación con la decisión de acometer, emprender alguna tarea difícil con coraje y compromiso. Pero, ¿es ganar dinero el sentido último de una empresa?

“Creo que en pleno siglo XXI, unos cuantos siglos después del nacimiento de la empresa, habría que plantearse si no ha llegado el momento de repensar el para qué de la empresa. Porque hemos vivido siglos aceptando que el ADN de la empresa es maximizar el interés del accionista a costa de lo que sea”, señala Víctor Viñuales, director ejecutivo de la Fundación Ecología y Desarrollo.

Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro
Platón

“Las empresas nacen para satisfacer necesidades, generar productos y servicios útiles en la sociedad. Y con ello obtienen un rendimiento económico que les permite subsistir, desarrollarse, crear riqueza social y generar empleo”, sostiene Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank. En su opinión, el beneficio es positivo, es un indicador de que las cosas se están haciendo bien. “El problema viene cuando se convierte en un objetivo en sí mismo, y el sentido de la empresa y de aquello para lo que nace y produce deja de tener valor”, señala.

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Fuente: Estudio Forética 2015, “Ciudadano consciente, empresas sostenibles”

Otro beneficio

Precisamente la creación de Triodos Bank en 1980 responde a la necesidad de ofrecerfinanciación a empresas e iniciativas con este enfoque humano, que con su actividad aportan valor social, cultural y medioambiental. “Muchas de estas empresas no tenían cabida en la banca tradicional por pertenecer a sectores emergentes, considerados marginales o poco rentables en su día y que hoy tienen un alto potencial de crecimiento, como la agricultura ecológica, las actividades culturales o las energías renovables”, amplía el director general de la entidad.

Mucho ha llovido desde entonces, y hoy Triodos Bank cuenta con una cartera de crédito formada por más de 36.000 empresas con valores. Organizaciones que incorporan un enfoque sostenible y a largo plazo en sus modelos de negocio y que son viables económicamente. Una tendencia que, lejos de estancarse con la crisis, se ha reforzado.

El beneficio es positivo, es un indicador de que las cosas se están haciendo bien
Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank

Así opina Luis Morales, responsable en España de la red de emprendedores verdes Greenbiz: “Al calor de la crisis y el hartazgo ciudadano, están proliferando iniciativas empresariales más responsables y conectadas con el sentir general de la ciudadanía. Ya no se entiende que una empresa solo busque el beneficio económico para sí misma. Pero no se debe olvidar que para poder prestar servicio, atender a los clientes y dar respuesta a una necesidad social, la empresa ha de estar viva, ser viable económicamente”.

Un signo de la evolución de negocios que incluyen la sostenibilidad en su ADN es la extensión de nuevas formas de medir los resultados como el balance de Triple resultado (Personas, Planeta y Beneficio), el Balance del Bien Común o el sello B Corp. Este último reconoce a aquellas empresas que utilizan el poder de los negocios para dar solución a problemas sociales y ambientales. Con redes en Estados Unidos, Latinoamérica, Canadá y Australia, existen 1.300 compañías con esta certificación en 41 países de todo el mundo de 121 industrias diferentes. Triodos Bank ha sido el primer banco europeo en contar con dicha certificación.

Ética empresarial

Las empresas con valores son un claro ejemplo de que es posible promover una actividad económica desde la sostenibilidad, sin renunciar a la rentabilidad. Un modelo para inspirar al resto de las empresas que, hoy día, ya no pueden obviar su responsabilidad en una sociedad que les demanda transparencia, compromiso y ética. El cambio, según Viñuales, tiene que ser a gran escala, lo que exige “pasar de dar testimonio a transformar al conjunto de la economía. Hay muchas iniciativas que permiten vislumbrar que este enfoque de reconciliación del interés particular de la empresa con el interés general de la sociedad también puede desarrollarse a lo grande y ser rentable”, señala.

En los últimos años es común oír hablar de la ética en los negocios, si bien en los años ochenta del siglo XX, la prioridad en los negocios quedaba resumida por la frase del Premio Nobel Milton Friedman: “La responsabilidad social de las empresas es incrementar sus beneficios”. Los escándalos de Enron, Parmalat o WorldCom en la década de los noventa hicieron resurgir una preocupación por introducir la ética en los negocios, aunque es en la primera década del siglo XXI cuando la ética empresarial empieza a cobrar gran importancia, con el apoyo por parte de la opinión pública y los medios de comunicación.

En su última visita a España invitado por el diario Cinco Días, el gurú estadounidense Dov Seidman, experto internacional en gestión empresarial y autor del libro How. Por qué cómo hacemos las cosas significa tanto, defendía que la verdadera ventaja competitiva de una compañía está en los valores, la ética, que deben trasladarse a todos los miembros de la empresa. Algo que, en su opinión, ha sido desterrado por las prácticas egoístas vigentes en los últimos años, y que han llevado a la crisis global que conocemos.

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Demanda social

Ya no se trata de elegir entre beneficio económico o impacto positivo, sino de aunar ambos para satisfacer a un nuevo consumidor más informado y exigente en lo cualitativo, que compara e investiga. Según el último informe de Forética, bajo el título de “Ciudadano consciente, empresas sostenibles”, existen en España 12 millones de potenciales consumidores responsables que son receptivos a que las empresas incorporen prácticas socialmente responsables. Durante la presentación del informe, Jaime Silos, director del estudio, destacó que la sostenibilidad había dejado de ser un asunto relacionado únicamente con la reputación para ir “hacia una visión estratégica, vinculada a la mitigación de riesgos y la generación de oportunidades de negocio”.

En España existen 12 millones de potenciales consumidores responsables, receptivos a las prácticas socialmente responsables, según Forética

Incluso por pura supervivencia, las empresas tienen que cambiar, porque la sociedad así lo reclama. “Las empresas tienen que darse cuenta de que este cambio no es una opción moral, sino una necesidad para garantizar su supervivencia económica. El objetivo vital de este tipo de organizaciones ya no será ganar dinero, sino crear riqueza. Y al ofrecer servicios y productos útiles, el dinero será un indicador de que realmente lo están consiguiendo, convirtiendo la ética en sinónimo de rentabilidad”, piensa Borja Vilaseca, director del Máster en Desarrollo Personal y Liderazgo de la Universidad de Barcelona y autor de Qué harías si no tuvieras miedo.

Otro estudio de la Fundación Adecco publicado en 2015, “El ciudadano y la RSE”, arroja que casi la mitad de los españoles (49%) realiza un consumo crítico, descartando las marcas que no considera responsables y poniendo en valor aquellas que apuestan por el respeto al medio ambiente o los derechos humanos. “La sociedad actual demanda ejemplaridad, transparencia y comportamientos éticos”, indica Morales. “Solo las empresas que incorporen estos valores serán competitivas en el medio y el largo plazo, pues podrán conectar con amplias capas de la población. Las que no lo hagan generarán rechazo y en última instancia dejarán de ser rentables”, continúa.

En la misma línea se expresa Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera de la Universidad Pompeu Fabra: “Múltiples estudios demuestran que las organizaciones que se gestionan con buenos valores van mucho mejor y viven más años. Las empresas con buenos valores tienen a sus clientes, empleados y otros stakeholders más satisfechos, lo que redunda en mejores resultados empresariales”. Los nuevos tiempos demandan un enfoque más humano en las empresas y en el conjunto de la economía. La aventura continúa hacia este camino sin retorno.

INICIATIVA EMPRESARIAL
La iniciativa empresarial es uno de los cuatro valores corporativos de Triodos Bank, junto con la sostenibilidad, la transparencia y la excelencia. Triodos Bank promueve el espíritu emprendedor mediante la financiación de sectores sostenibles e innovadores que operan en la economía real, así como a los emprendedores que los ponen en marcha. “De hecho, Triodos Bank es en sí mismo una iniciativa, surgió a raíz del espíritu emprendedor de un grupo de personas convencidas de promover un cambio desde la banca, algo que continúa hoy vigente”, explica el director general de Triodos Bank.

GRUPO LINKEDIN
Triodos Bank ha creado en la red social LinkedIn el grupo Empresas con valores, un espacio de networking para promover las relaciones y el intercambio de experiencias y conocimiento entre clientes profesionales de banca ética que aportan valor social añadido. En este grupo es posible compartir experiencias y abrir debates en torno a economía humana, sostenibilidad y cómo compatibilizar viabilidad económica e impacto positivo desde las empresas y organizaciones. En la actualidad cuenta con más de 900 miembros.

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Texto: SONIA FELIPE LARIOS