Compartimos qué hacen con ellos sectores que están cambiando la sociedad. Campos como el de la moda o la construcción sostenibles, con financiación de Triodos Bank como entidad de banca ética por una economía más humana.

1. Moda sostenible: ¿residuos de fruta o materiales para confeccionar ropa?

En este sector en plena innovación, se están introduciendo “ecomateriales textiles”, como nos explicaba Gema Gómez, de Slow Fashion Next, en una charla con empleados de Triodos Bank. Gómez destacaba, por ejemplo, el uso de fibras de las hojas de la piña, normalmente desechadas, como una alternativa al cuero.

O piel de naranja para obtener viscosa, tejido que destaca por su suavidad y se emplea en prendas como los pijamas.

Otros materiales reciclados se incorporan a la creación textil, como las botellas de plástico, los neumáticos o las redes de pesca.

2. Energía más limpia y acción social: ¿solo es aceite de cocina usado?

En cada vez más barrios se hace familiar el contenedor para recoger el aceite de cocina usado. Y, a falta de él, el residuo también puede llevarse a un punto limpio.

Utilizando estos recursos, evitamos contaminación en el entorno o costes económicos para la sociedad por los problemas que puede generar en las instalaciones de depuración de agua.

Además, es un elemento valioso, con el que se puede obtener biocombustible para vehículos. Ambientalmente es un avance, al reducir residuos en el entorno y lograr un producto menos contaminante que los utilizados habitualmente en el transporte.

Triodos Bank ha concedido financiación a diversas iniciativas que, además de recoger aceite de cocina usado para este fin u otros, como la elaboración de jabón, ponen su actividad e ingresos al servicio de programas sociales.

3. Construcción sostenible: ¿residuos o aislantes térmicos y acústicos?

Si hay un ámbito en el que se hacen especialmente visibles los beneficios de la economía circular, que quiere poner fin a la explotación de recursos naturales y el desecho de residuos, es el de la construcción sostenible.

Elementos como espumas de vidrio a partir de botellas recicladas o moquetas de edificios y de vehículos recicladas aportan un valor único. Además de evitar residuos, ofrecen oportunidades ambientales y económicas únicas como aislantes tanto térmicos como acústicos.

Con ello, mejora la calidad de vida en las viviendas y, gracias a la menor necesidad de uso de energía, se contribuye a luchar contra el cambio climático y también a reducir facturas. No solo de la luz o de la calefacción. También de la hipoteca, gracias a la opción que facilita la banca ética -como estímulo a la vivienda sostenible- de beneficiarse de tipos de interés menores en hogares máseficientes de origen o tras su rehabilitación.

4. Agricultura y educación: ¿basura o nutrientes para el huerto escolar?

Nuestro paisaje cotidiano se puebla de huertos urbanos y con especial intensidad de huertos en centros educativos, que son hoy ya más de 15.000 en España, según la consultora GEA 21.

Al elaborar compost a partir de restos orgánicos de alimentación, obtenemos no solo “alimento” para jardines o huertos. De la basura, sale también un recurso educativo.

“Es una estupenda herramienta de trabajo a nivel curricular”, afirma Manuel Font. Este experto con 20 años de trayectoria de asesoramiento a escuelas y entidades sobre huertos y compostaje, ofrece consejos en Huertos educativos ecológicos -plataforma de la Fundación Triodos y la Asociación Vida Sana- para que la experiencia sea un éxito.

Respecto a los centros educativos, explica, “lo mejor es establecer un protocolo de colaboración con la cocina y solicitar que nos separen solo los restos orgánicos de la limpieza de las verduras, ensaladas y frutas”, para evitar decepciones.

5. Arte y cultura: ¿restos o juegos e inspiración?

“Hacer de objetos de desecho objetos para jugar” es la original meta de Children’s Scrapstore en Bristol.

Al entrar en las instalaciones de esta iniciativa social y cultural con financiación de la sucursal británica de Triodos Bank, encontramos un paraíso para la imaginación de pequeños y no tan pequeños. En una amplia nave industrial, hallamos estrictamente ordenados por tipología, tubos de colores, porexpan con formas singulares, piezas de muñecos que quedaron sin utilizar y otros elementos sobrantes pero seguros que, de otro modo, serían desechados como excedentes por comercios o industrias.

El espacio es un lugar ideal para familias o docentes que buscan organizar actividades lúdicas o educativas originales.

Quizá la mejor expresión del número abierto de posibilidades que ofrecen muchos residuos es, igualmente, el arte reciclado. Se puede observar en múltiples festivales especializados, como el tradicional Drap Art de Barcelona, nacido en 1995 y que ha extendido su actividad a nivel internacional.

La iniciativa “se ha convertido en una plataforma del sector emergente de artistas, diseñadores, artesanos y otros profesionales creativos que encuentran en la basura sus materias primas” y funciona también “como una campaña de sensibilización que nos invita a consumir de forma más responsable y a respetar el lema de las 3 erres (reducir, reutilizar y reciclar)”.

Estos y otros sectores de la economía y la actividad social avanzan por una economía con más sentido. Forma parte de la misión de Triodos Bank, como banco nacido para “promover un cambio positivo de la sociedad desde el sistema financiero”, acompañarles en esta andadura.