Las revistas especializadas en temáticas culturales viven una segunda juventud. Sus contenidos en profundidad, grandes firmas o reportajes de interés conquistan a aquellos que quieren disfrutar de la divulgación con toda la calma del mundo. Es cultura para coleccionar.

Preferencia por el papel

“El 78% de los encuestados afirma haber leído revistas en papel durante los últimos seis meses mientras que el 31% dice haber acudido a sus ediciones digitales”. Son datos recogidos en un estudio de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) que se pueden complementar con los que recoge la Asociación de Revistas Culturales de España (ARCE): los lectores de las revistas a las que representan son grandes aficionados a la lectura, activos en su relación con las diversas manifes­taciones culturales y fieles ya que la mitad de los preguntados llevan cinco años leyendo una revista en concreto. Les gusta el papel y disfrutar de los contenidos sin prisas.

Ajoblanco Portadas

Actualidad teatral por escrito

La creación de nuevas revistas culturales, o la vuelta al papel de algunas de ellas, es “una tendencia”, asegura David Hinarejos, editor de Godot, una de las más relevantes en el mundo del teatro. “Estas publicaciones ofrecen profundi­dad, reportajes interesantes que no encuentras en internet y firmas de autores importantes frente a contenidos rápidos o basados en opi­niones”, argumenta.

Su Godot se imprime y los lectores la encuentran, por ejemplo, en las salas de teatro antes de entrar a ver la representación. “Queremos fomentar su edición digital, pero el sector aún no está preparado. Es el salto lógico pero tendremos que esperar”, concluye.

Estas publicaciones ofrecen profundi­dad, reportajes interesantes que no encuentras en internet y firmas de autores importantes frente a contenidos rápidos o basados en opi­niones
David Hinarejos, editor de Godot.

Un viaje en cada página

Altaïr Magazine, que forma equipo con la librería Altaïr y la agencia Orixà Viatges, es otra de las publicaciones ya clásicas en el panorama nacio­nal. Su caso es de ida y vuelta. Nació en papel, llegó un momento en el que se mantuvo solo en el mundo cibernético pero recientemente ha vuelto a los quioscos. “Quisimos reinventar la revista pero nos preguntamos, ‘¿haríamos una publicación como la del 91?’ Pues no, hemos aprovechado las ventajas que nos ofrecen las tec­nologías actuales”, nos cuenta su impulsor Pep Bernadas.

El lector se encontrará en ella con “las voces de las personas que han nacido en los des­tinos, reportajes más basados en conocedores y menos en el protagonismo de quien los escribe”. Y además, se topará con enlaces y códigos QR para que complete la experiencia, en la web, con contenidos multimedia. Altaïr ofrece el valor añadido de ir mucho más allá en el cometido de ayudar a quien quiera viajar, no solo en distancia sino en profundidad. El pulso de la revista es el mismo”, concluye Bernadas.

Quisimos reinventar la revista pero nos preguntamos, ‘¿haríamos una publicación como la del 91?’ Pues no, hemos aprovechado las ventajas que nos ofrecen las tec­nologías actuales
Pep Bernadas, impulsor de Altaïr Magazine

Estas publicaciones cuentan con financiación de banca ética, pero hay más ejemplos dentro del compromiso de Triodos Bank por el sector de la cultura y el ocio. Ajoblanco, la revista que ofreció una mirada crítica e independiente a sus lectores a finales del s. XX, es uno de ellos. La publicaciónvuelve y lo hace con periodicidad cuatrimestral y una tirada de 50.000 ejemplares, 12.000 de ellos para Latinoamérica.

Enderrock también forma parte del grupo de revistas que trabajan con banca ética. En quioscos desde 1993, se trata de un medio fundamental para entender la escena musical catalana. También a Cataluña y a su idioma se circunscriben las 150 publicaciones reunidas en la Asociación de Publicaciones en Catalán (APPEC), entidad que ha contado con financiación de Triodos Bank para desarrollar proyectos como los encuentros anuales que organiza o una ambiciosa digitaliza­ción de números antiguos, entre otros.

Texto: Víctor Regidor Sancho